Ponente
Descripción
El cambio climático y el sobrecalentamiento global son desafíos cruciales de la crisis ambiental actual, y no se pueden comprender sin analizar la dinámica de los procesos económicos capitalistas, lo que se ha complejizado en las últimas tres décadas porque se consideró que el mercado, por sí solo, no solo alcanzaría el equilibrio económico, sino que también conduciría al equilibrio metabólico del mundo natural, como menciona Nicolas Stern (2006), economista inglés poskeynesiano: “el mayor fracaso del siglo XX fue asumir que el mercado todo lo regula, incluido el ambiente”. Esta falacia ha tenido consecuencias devastadoras, el énfasis en el crecimiento económico ha impulsado la sobreexplotación de recursos naturales y la emisión desenfrenada de gases de efecto invernadero, alterando el delicado equilibrio de los ecosistemas de la Tierra, las fuerzas del mercado guiadas, principalmente, por la maximización de ganancias, no tienen la capacidad de internalizar los costos ambientales de la producción y el consumo y, más bien, nos ha conducido al colapso climático, “estamos viviendo un colapso climático en tiempo real, y el impacto es devastador" (Guterres, 2023).
En términos dialécticos el siglo XXI está dejando claro que el capital no sólo puso en crisis el metabolismo natural sino, como plantea Kohei Saito la vuelta ahora es que la natuleza esta “contra” el capital. El capital ha ido avazando , desde el siglo XVI en devastar y lastimar los ecosistemas y los ciclos naturales pero es,especialmente, en las útimas décadas que ha acelerado los procesos entrópicos, justo cuando la tendencia debía ser en el sentido contrario “se dice que para limitar el aumento de la temperatura promedio mundial desde la Revolución Industrial a 1.5 °C en el 2100 -incluso este aumento es peligroso-, el nivel actual de emisiones de dióxido de carbono debe reducirse a la mitad para el 2030 y la emisión neta a cero para el 2050. De lo contrario, si se mantiene el nivel actual de misiones, el aumento de la temperatura será unos 4 °C, y esa tendencia podría incluso reforzarse, dados los efectos de las retroalimentación positiva, desatando resultados inesperados, esto será una verdadera catástrofe” (Saito, 2024)
Frente a esta situación es importante preguntarse: ¿Cuál ha sido la contribución de los procesos económicos productivistas al sobrecalentamiento planetario? ¿Cuáles son las tendencias, los riesgos y retos frente a la crisis ecológica mundial? ¿Cómo llamarle a esta fase de ruptura del metabolismo natural? ¿Qué alternativas podemos construir frente a lo que Mark Alizart llama carbofascismo? ¿Cuáles son las alternativas frente a un cambio climático que pone en peligro la civilización porque pone en riesgo los fundamentos materiales de ella? ¿La disyuntiva es carbofascismo o ecosocialismo o hay puntos intermedios?
El colapso climático avanza aceleradamente en el siglo XXI, rompiendo récords día a día y superando año con año oleadas de calor, inundaciones, incendios, sequias, deshielo, entre muchos otros fenómenos del cambio climático. Las formas productivas y sociales del capitalismo han impulsado una gran cantidad de fuerzas productivas y destructivas que han conducido a una ruptura tal en el metabolismo natural que ha creado su propia era geológica: El capitaloceno.
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